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“Debemos apuntar a una agricultura climáticamente inteligente”

Precipitaciones menores a las de un año normal pero con cierta regularidad, temperaturas moderadas (sin grandes olas de calor) y altos niveles de humedad en el ambiente (>50% HR) fueron algunas de las variables meteorológicas observadas durante la última primavera e inicio de la presente temporada estival, lo cual ha venido a ratificar todos los pronósticos anunciados a partir del arribo del fenómeno climático La Niña, que recordemos se comenzó a manifestar desde fines de agosto pasado en la costa oeste del Océano Pacífico.

Es que La Niña, que forma parte del ciclo natural-global conocido como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), se gesta a partir del fortalecimiento de los vientos alisios que confluyen en la zona de convergencia intertropical y que transporta el calor desde las zonas ecuatoriales hasta las subtropicales, reemplazando el aire caliente por aire más frío de las latitudes superiores.

Así lo expone el Dr. Fernando Santibáñez, ingeniero agrónomo, profesor de la Universidad de Chile, experto en agro-climatología y una de las voces más autorizadas a nivel nacional para abordar la temática relacionada al Cambio Climático que afecta a nivel global y su impacto en la actividad agrícola, profundizando de manera especial en los efectos que está teniendo La Niña en la zona sur de nuestro país. 

Dr Fernando Santibáñez, experto en agroclimatología.
Registro fotográfico Fruittrade 2018 realizado en Casa Piedra. En Santiago: 04/10/2018. Fotógrafo: Valentino Saldivar.

“Lo relevante es que se han cumplido todos los pronósticos que hemos vaticinado con la llegada de La Niña, es decir, los agricultores han podido comprobar las menores precipitaciones que tuvimos la última primavera pero con una regularidad que en términos prácticos no fue tan perjudicial, ya que la zona sur (desde La Araucanía al sur, me refiero) continuará siendo “favorecida” por la llegada e influencia de frentes (zona de transición entre dos masas de aire de distintas características físicas) regulares que dejarán precipitaciones. Es cierto, menores que las habituales pero en la zona sur a veces es más importante la regularidad que la cantidad”, plantea el especialista.

En el sur del país, ¿en qué aspectos se notó la influencia de La Niña en la última primavera?, ¿cómo se seguirá manifestando durante el verano? y ¿hasta cuándo se prolongará? 

La Niña se instaló en la costa Pacífico a fines de invierno y comienzos de primavera, alcanzando su mayor influencia la última semana de diciembre. El océano ha estado un grado por debajo de su temperatura normal, provocando que los frentes se debiliten al llegar al continente. Si bien éstos pueden estar asociados a abundantes precipitaciones se enfrían rápidamente en la superficie al llegar al continente, perdiendo esa capacidad de generar lluvias. Lo relevante es que la zona seguirá con una presencia de diferentes frentes pero no generarán lluvias tan intensas como esperaríamos.

¿Cómo estarán las temperaturas?

Las temperaturas observadas han sido también normales. La primavera estuvo bastante benigna permitiendo un buen desempeño de las praderas. Y durante el verano no tendremos temperaturas tan extremas debido a que el Anticiclón del Pacífico se ha alejado de la costa, permitiendo el ingreso de aire marino más fresco hacia el continente. Sin embargo, esto no quiere decir que no tendremos algunas jornadas calurosas pero no van a ser la tónica como tampoco largos períodos sin lluvias.

El profesor Fernando Santibáñez se graduó de profesor Normalista en 1966 en la Escuela Normal José Abelardo Núñez. En el año 1971, obtuvo el título de Ingeniero Agrónomo de la Universidad de Chile. Viajó a Francia para continuar sus estudios, donde obtuvo el grado de Doctor Ingeniero en la Universidad de Paris, en 1974. Desde 1971 trabaja como académico en la Universidad de Chile, donde es profesor titular. En 1986, obtiene el grado de Doctor de Estado en Ciencias en la Universidad de Paris.

Desde sus inicios en la academia, ha trabajado en la línea de la bioclimatología y la modelación ecofisiológica de especies vegetales. En 1995 lideró la obtención de un GRANT de la IBM para la Universidad de Chile, con el objetivo de desarrollar aplicaciones ambientales de la computación. Esta iniciativa llevó a la creación del un Centro multidisciplinario en Ciencias del Medio Ambiente (AGRIMED). En 1997 lideró la creación de la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales en la Universidad de Chile.

En el año 2000 lideró la creación del doctorado en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias de la Universidad de Chile, programa que en la actualidad cuenta con una población de más de 60 doctorandos. Durante su vida académica le ha correspondido ser responsable de numerosos proyectos FONDECYT, FONDEF, Unión Europea, Global Environment Facility, UNDP, IICA, así como de organismos nacionales como CONAMA, ODEPA, SAG, COMSA, CIREN y otros.

Ha sido miembro del grupo de expertos de la Convención de UN de desertificación. En el año 2008 recibe un premio del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil e IICA, por su destacada contribución al estudio de la desertificación en Latinoamérica. Ha realizado numerosas consultorías internacionales para FAO, WMM, IICA, UNCCD. Actualmente es miembro del Consejo de Cambio Climático del Ministerio de Agricultura. Ha publicado más de 60 artículos relevantes, varios capítulos de libros de editoriales extranjeras y dos Atlas Agroclimáticos de Chile.

(Fuente: www.academiaagronomica.cl)

Para el otoño próximo se pronostica una sequía más bien leve a moderada, de ahí que la ganadería, tanto para la producción de leche como de carne, no lo va a pasar tan mal, en especial para quienes se aprovisionaron de recursos forrajeros y con las correctas prácticas de conservación para los períodos más críticos. En síntesis, para la zona sur estamos esperando un verano cercano a la normalidad en términos estadísticos, levemente seco pero no tan dramático en producción de forraje.

¿A partir de esta tendencia se puede prever el fin de la mega sequía que viene arrastrando el país desde hace más de una década?

Si los números van a estar por debajo de las cifras promedio técnicamente seguiremos en un contexto de mega sequía, sobre todo en la zona central – de Biobío al norte – que cerró el año con un déficit de precipitaciones sobre un 50% y con una ausencia absoluta de frentes durante el verano. Desde La Araucanía al sur el panorama es distinto aunque, insisto, no podemos decir que hemos salido de la mega sequía pero se está dando un cierto respiro. Estas son las dos realidades que hoy día caracterizan al país.

¿Qué proyecciones se avizoran pos fenómeno La Niña?

A partir de junio, las aguas del océano debieran entrar en una etapa de cierta neutralidad. El océano recuperará su temperatura hasta llegar a rangos casi normales. Las lluvias mezquinas a las que nos hemos referido debieran prolongarse hasta fines de otoño e, incluso, principios de invierno, para luego dar paso a precipitaciones normales aunque más retrasadas. En la medida que La Niña tienda a debilitarse, como así lo indican las proyecciones de los modelos predictivos, a mediados del invierno el panorama debiera tender a normalizarse. 

¿Cuándo comienza a gestarse el fenómeno El Niño?

El Niño comienza a manifestarse desde septiembre con el aumento de las temperaturas para manifestarse plenamente en diciembre. Da ahí que los meteorólogos peruanos lo bautizaron con ese nombre en alusión al nacimiento del Niño Jesús. No obstante, La Niña puede prolongarse por un período mayor de tiempo, pudiendo durar hasta los 20 meses. Pero reitero que desde este verano debieran comenzar a manifestarse un aumento de las temperaturas a nivel del océano pero de manera lenta para así en mayo estar normalizadas.

¿Cómo la variabilidad del clima va afectando la producción agropecuaria?

Hay dos factores que influyen fuertemente en los resultados productivos que puede tener un agricultor: agua y temperatura. Cuando el agua escasea y las temperaturas se elevan demasiado inmediatamente las plantas se estresan y la producción comienza a verse afectada. En una agricultura de secano, esto se percibe fácilmente porque las plantas frenan su crecimiento, en las praderas hay una menor cantidad de hojas y el verdor intenso tan característico se va apagando. Sin embargo, hay que tener presente que no basta que lleguen las lluvias o que desaparezcan las olas de calor para que se solucione el problema, ya que las plantas requieren varios días más en reacomodarse fisiológicamente para retomar su hábito de desarrollo y crecimiento. Así, el impacto es mucho más prolongado pese a que se superan esas condiciones ambientales estresantes. 

La variabilidad climática es, entonces, una preocupación permanente… 

Así es, y es debido a esto que hay preocupación por el aumento de la variabilidad que puede dificultar la agricultura en general, en especial, desde el punto de vista de los rendimientos. Por tanto, esto nos obliga a implementar una serie de estrategias de acción para contrarrestar los efectos negativos, donde el riego tecnificado, en especial para los cultivos intensivos, estrategias de sombreamiento, ya sea naturales o artificiales, entre otras, serán cada vez más determinantes de modo que el agricultor sea capaz de generar condiciones de microclima protegidos para adaptarse a este escenario.

Para el caso de las praderas, en los últimos años en la zona sur se ha detectado una mayor incidencia de ciertas plagas como es el caso de la cuncunilla negra. ¿Ésta plaga es consecuencia de la mayor variabilidad climática a que se refiere?

Por supuesto. Esta plaga se ve favorecida primero por las mayores temperaturas, donde va teniendo un mayor éxito reproductivo. En la Región de Aysén, por ejemplo, se ha convertido en una grave amenaza porque al registrarse veranos con mayores temperaturas y mayores sequías se van generando condiciones propicias para una mayor incidencia de este tipo de plagas. Al haber menor material vegetal no le queda otra opción que atacar a las plantas cultivadas. Es un problema que sin duda se irá incrementando con el paso de los años.

La adaptación es la alternativa que deben ir siguiendo los agricultores. En este contexto, muchos han optado por recalendarizar las labores que tradicionalmente se hacían en determinadas épocas del año, adelantando por ejemplo las siembras o el establecimiento de praderas. ¿Es ésta una buena estrategia?

Sin duda. En los cereales, por ejemplo, hay que ir acomodando las fechas de siembra y no hacerlas de manera estática o a calendario fijo como se dice. De esta manera se procurará aprovechar de mejor manera condiciones favorables como son las lluvias invernales o de primavera de modo de salir antes que llegue la sequía. Se requiere de una combinación de variedades de ciclos vegetativos más cortos con cambios en la estacionalidad de las siembras. Es importante señalar que al aumentar las temperaturas de invierno, se abren también nuevas oportunidades y que los agricultores deben aprender a aprovechar, de modo de evitar los efectos negativos que implica un verano seco y demasiado caliente.

A su juicio, ¿el agricultor está preparado para hacer este cambio de switch?

Muchos agricultores ya lo están practicando; no obstante, requiere también del apoyo especializado en materia de pronósticos agroclimáticos. Nosotros en INFODEP (ver recuadro) emitimos una serie de informes y pronósticos para los tres meses siguientes, de manera tal de ir un paso adelante gracias a una serie de datos e información sobre lo que probablemente irá sucediendo en el ámbito meteorológico, es decir, cómo vendrán las lluvias, temperaturas, heladas, granizos, etc.

INFODEP INFORMACIÓN PARA EL DESARROLLO PRODUCTIVO LTDA

INFODEP es una empresa dedicada al desarrollo de las tecnologías de Infocomunicación para apoyar el mejoramiento de la eficiencia de los sistemas productivos agrícolas. Dentro de sus áreas de actuación están:

1.-Generación de cartografía climática de alta resolución espacial
2.-Sistemas de información para mejorar la gestión productiva.
3.-Modelos de gestión hídrica de cuencas
4.-Vulnerabilidad y Adaptación de la agricultura frente a escenarios de Cambio Climático
5.-Desarrollo de modelos de simulación de rendimientos de cultivos agrícolas y frutales
6.-Sistemas de capacitación mediante uso intensivo de Internet y sistemas multimediales interactivos.
7.-Sistemas de información para mejorar la gestión productiva.
8.-Estudios ambientales para una producción limpia y ecoeficiente.
9.-Evaluación de los impactos agrícolas de las variaciones del clima.
10.-Estudios de riesgos agroclimáticos y potencialidad productiva agrícola.

Dentro de estas áreas de actuación ha desarrollado sistemas de información para la evaluación de riesgos agrometeorológicos de la agricultura, para el Comité de Seguros Agrícola, cursos de e-learning para diversos organismos (UNESCO, Universidades), estudios de impacto de los cambios climáticos en la agricultura y en los sistemas naturales (para FAO, CONAF, INFOR, Ministerio del Medio Ambiente), vulnerabilidad de los recursos hídricos frente a las variaciones del clima (ODEPA), estudio de potencialidad agroclimáticas para proyectos de inversión privados.

INFODEP cuenta con los recursos humanos con postgrado y altamente calificados para cubrir sus áreas de actuación, los cuales poseen background y experiencia profesional para garantizar el mejor respaldo de sus productos.

De esta manera, en años como el que estamos atravesando, es decir, un verano con menos precipitación pero con cierta regularidad, la mejor recomendación era justamente sembrar más temprano. Ahora, en un año en que tengamos la influencia de El Niño, que significa bastante lluvia en diciembre y enero, la recomendación será otra porque nos veremos enfrentados directamente a perder la siembra, ya sea por un tizón en papas o botritis y fusariosis en hortalizas.

¿Qué tipo de agricultura se promueve con esta información?

Desde hace varios años se viene hablando de una agricultura climáticamente inteligente. Esta tiene como principal fundamento asociarse con el clima y no pelear con él porque hay que tener la seguridad que no tenemos por dónde ganar. Asociarse con el clima es hacer lo que el clima nos permita y hacerlo de la mejor manera posible. Para esto necesitamos registrar cada año los eventos importantes de modo de ir aprendiendo como manejarlos.

¿Qué tan responsable ha sido la ganadería en el calentamiento global? 

Creo que ha sido responsable en parte pero la actividad agropecuaria no es el principal emisor de gases de efecto invernadero (GEI). La ganadería emite metano y también óxido nitroso, que son gases de efecto invernadero, no obstante en general ésta no es una característica de la ganadería porque está demostrado científicamente que se puede realizar una ganadería menos emisora de GEI a través de una buena gestión de las praderas, de los purines, con alimentación de los animales y, de esta manera, minimizar las emisiones. Sabido es que con una buena gestión de las praderas, es decir, manteniéndolas en buenas condiciones y sin degradación, éstas son captadoras de CO2. Con un conjunto de buenas prácticas la ganadería no tiene por qué ser sindicada como una actividad agresora del medio ambiente y única responsable del calentamiento global y del cambio climático. Existen muchas maneras de planificar una explotación ganadera de modo que sea amigable con el medio ambiente y respetuosa con la biodiversidad local.

Llama la atención que la FAO emita informes tan tajantes donde plantea que <la ganadería amenaza al medio ambiente>. ¿Es efectivo esto?

La FAO emitió un informe donde señala que las vacas contaminan más que los automóviles de todo el mundo. El problema es que esta es una verdad a medias y la gente, en general, no entiende y se queda sólo con el titular. Pero a ver. Efectivamente cada vaca emite 12 litros de metano al día, lo que está comprobadamente bien calculado, y si multiplicas 1.500 millones de vacas que hay en el mundo claro que es una cantidad importante. Y si a eso agregas que el efecto del metano es 21 veces más que el efecto que tiene el CO2 (una molécula de metano representa a 21 moléculas de CO2). Sin embargo, ese dato no considera cuánto CO2 está absorbiendo la pradera. Al hacer el balance neto, la cifra es bastante menor. No hay que olvidar también la arborización de las explotaciones ganaderas que también capturan miles de toneladas de CO2, por lo que no finalmente el balance termina siendo muy cercano a cero si se hace una buena gestión. Es cierto, no lo lleva a cero totalmente pero consideremos que ninguna actividad humana tiene balance cero, salvo un bosque que en sus primeros años tiene hasta un balance negativo. Creo que la ganadería ha sido puesta mañosamente en el banquillo de los acusados. Sólo la mala ganadería merece esta calificación.

¿Falta una campaña comunicacional que involucre a los diferentes actores de la cadena agroalimentaria para revertir esta mala imagen?

Creo que ha existido una falta de preocupación importante de parte de los mismos eslabones de la cadena al no atreverse a hablar de estos temas. Sin embargo, se están haciendo esfuerzos por parte de algunas entidades como el Consorcio Lechero en el sentido de elaborar protocolos de sustentabilidad. Es más, personalmente hace algunos años me tocó participar en la Nestlé en la elaboración de uno de estos protocolos que se denominó Ganadería Sustentable, donde propusimos 21 medidas que podía tomar cualquier productor lechero para demostrar con números que el productor tenía unas cifras de impacto ambiental claramente positivas.